Pé de Serra - BA 13/04/2018
Mi querido presidente Lula,
Como es difícil escribir una carta y no dejar que la emoción se cuente.
Soy profesora, tengo 33 años de edad y me siento muy orgulloso al contar a mis alumnos sobre mi primer voto en las elecciones de 2002: para Lula.
Hace unos días conté a uno de ellos que al recordar, todavía siento la misma emoción de escribir el 13 en esas elecciones. Yo y mis amigos fuimos conmemorando por dos razones: nuestro primer voto y por ser en Lula. Recordar la música de la campaña todavía me mueve:
"... Lula allí, mi primer voto
"Es para hacer brillar esa estrella ..."
Hoy, cuando miro hacia atrás, un pasado tan cercano, me siento muy orgulloso de haber contribuido con ese voto para cambiar la cara del país, para hacer que mi Nordeste tenga valor.
Gracias por matar el hambre de muchas personas de mi ciudad, obligada por traer luz a la roza de mi abuela y de tantas otras, obligada por hacer posible el sueño de la universidad de mis amigos y ex alumnos, obligada por recordar que convivimos con la sequía y necesitamos depósitos ... Si yo si te agradecer por todo, seguramente no cabría en una carta. Te agradezco, principalmente, por ver los invisibles, cada Luiz Inácio aquí del Nordeste.
Conocí aún más su historia a través del libro "Lula, el hijo de Brasil". Si todos los brasileños tuvieran el placer de esa lectura no tendríamos tanta intolerancia. Ahora estoy leyendo "La verdad vencerá"y yo estoy difundiendo la idea Lula.
Luchar por Lula libre es, como mínimo, una obligación de cada brasileño ante tanta injusticia y, por eso, fui a Capim Grosso, una ciudad a 80 Km de Pé de Serra, bajo el sol y la lluvia gritar:
"Lula, guerrero del pueblo brasileño!"
¡Gracias por ser ese ejemplo e inspiración!
¡Fuerza, Lula! Estoy en oración por usted y su familia y sé que los golpistas “jamás lograrán apagar nuestros sueños, jamás aprisionarán nuestros sueños.”
Su estrella nadie se apaga.